dimanche 19 août 2007

La Muerte es una Boda Nupcial


«Si me voy a Paris, espero que la gente me quiera
Y me acepte y me permita
Toda mi melancolía de los Andes.»


Que no me vayan a pegar duro como le dieron a nuestro poeta, César Vallejo, con una soga y un palo duro…duro. Hoy que amanece y el día tiene horas pasados meridianos y después de meridianos identificados con luces solares que se reflejan en los muros, en los árboles repletos de pájaros. El día amanece y se despierta para el hombre y las mujeres en la vida cotidiana. El mundo amanece y corre veloz vestido de aire y de rocíos y de hielos andinos. Es una amanecida encantadora cierta en los umbrales y en los ventanales. Pero mi dios, que aquí en Paris, mis palabras no sean tragadas por la furia de la metrópolis y mis nervios o mi corazón no sea traicionado por la existencia.


© & ®Jaime Serey

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