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Montreal, Diciembre del 2007
Por Jaime SEREY
Todo yace nevado a mí alrededor la luna, los cometas, los estrépitos de mis pasos cansados de vuelta a mi burbuja…desde el firmamento atardecido pintado de azul eléctrico, de gris marrón desciende la nieve, como papel picado delgado, como pliego cortado con dinamismo y con forma de estrella minuciosamente echo por una mano hechicera, mortal y transparente de impetuoso invierno.
Los copos blanquecinos llegan, descienden cubriendo palmo a palmo todo el paisaje con su pureza perenne, su cosmos lunar y polar reuniendo al mismo tiempo en los paraderos de autobuses solitarios al hombre inmigrante a la limpidez del iceberg y las pétreas aguas de los antiguos santuarios de los glaciales. Todo se encuentra nevado hasta donde mi ojos te vean,
Puedo mirar en esta tarde de Diciembre, navidad entre paréntesis un camino desolado que me lleva desde mi trabajo a mi domicilio y para poder entregar un ejemplo ocular mucho mas implícito todos mis ramales y lo que yo diviso se me pierden como si esto fuera un náufrago entre la marea grande de blancura diáfana
Que me rodea y ese más allá mezcla de horizontes fértiles y antárticos perdidos en los estacionamientos, en los distritos, como si estos fueran de azúcar flor, de harina blanca, de polvo, de cocaína, de chuño con leche. Las calles se me pierden y se perdieron entre tantos montículos de arenales níveos y fríos, que apenas me sirven de señales para mis pasos que están extraviados buscando mi propia avenida.
Es que no ha dejado de caer la nieve que apenas me deja mirar y transitar, pero su meteorología rigurosamente me entrega una experiencia magistral hay murciélagos, exóticos y álgidos que no conozco volando en circulo en la torre de una iglesia, polillas negras pintadas de blanco nupcial, árboles secos, cristalinos y moribundos de ramajes en formas de gritos salvajes, de escultura de tótem indio...
® & © Jaime SEREY – Feb.2008
Por Jaime SEREY
Todo yace nevado a mí alrededor la luna, los cometas, los estrépitos de mis pasos cansados de vuelta a mi burbuja…desde el firmamento atardecido pintado de azul eléctrico, de gris marrón desciende la nieve, como papel picado delgado, como pliego cortado con dinamismo y con forma de estrella minuciosamente echo por una mano hechicera, mortal y transparente de impetuoso invierno.
Los copos blanquecinos llegan, descienden cubriendo palmo a palmo todo el paisaje con su pureza perenne, su cosmos lunar y polar reuniendo al mismo tiempo en los paraderos de autobuses solitarios al hombre inmigrante a la limpidez del iceberg y las pétreas aguas de los antiguos santuarios de los glaciales. Todo se encuentra nevado hasta donde mi ojos te vean,
Puedo mirar en esta tarde de Diciembre, navidad entre paréntesis un camino desolado que me lleva desde mi trabajo a mi domicilio y para poder entregar un ejemplo ocular mucho mas implícito todos mis ramales y lo que yo diviso se me pierden como si esto fuera un náufrago entre la marea grande de blancura diáfana
Que me rodea y ese más allá mezcla de horizontes fértiles y antárticos perdidos en los estacionamientos, en los distritos, como si estos fueran de azúcar flor, de harina blanca, de polvo, de cocaína, de chuño con leche. Las calles se me pierden y se perdieron entre tantos montículos de arenales níveos y fríos, que apenas me sirven de señales para mis pasos que están extraviados buscando mi propia avenida.
Es que no ha dejado de caer la nieve que apenas me deja mirar y transitar, pero su meteorología rigurosamente me entrega una experiencia magistral hay murciélagos, exóticos y álgidos que no conozco volando en circulo en la torre de una iglesia, polillas negras pintadas de blanco nupcial, árboles secos, cristalinos y moribundos de ramajes en formas de gritos salvajes, de escultura de tótem indio...
® & © Jaime SEREY – Feb.2008
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