Los impostores vestidos de Ángeles
A Eric Artur Blair
Por Jaime Serey
Soy Orwell, me muero con mucha diligencia,
Pero antes de todos estos episodios acaecidos
Conozco bien el mundo de los vagabundos
Y las tardes llenas de espanto de New York.
Yo, jugaba al trompo con mi vida y mi tuberculosis.
Con esta maldita enfermedad que me dejaba heridas mortales
Y profundas como cuando el frió congelaba el polo norte,
A jirones de misterios terrestres y ahogos extraterrenales.
Soy Orwell, me beneficio del profeta, del ser perfecto
Lucho por abrir los ojos y los corazones humanos
Para que sepan de las mentiras y de los farsantes,
Los impostores que se visten de Ángeles,
O los diablos que viven con las monedas de oro
Apretandolas entre sus dientes de duro marfil .
Yo, crei en los buenos dioses, en las ciudades y en las capitales
Crei en el mundo y en nuestro planeta natal,
En las antiguas leyendas y en las posteridades,
En los mensajes y en los secretos de la vida,
En los intelectuales que identificaban los sacrificios
De nuestra humanidad.
Bendito sean mis reptiles que tomaron el sol del verano
En mi vieja Europa, que es como un pozo de verdad añil y de un infinito independiente.
Aquí mis pedazos de huesos, de calaveras y de esqueletos
Se hundiran bajo toneladas de agua, de aire y de tierras históricas
Formando una catedral perfecta y equilibrada.
Mis medidas exactas fueron las montaña, el paso del tiempo
los extensos bosques y la lluvia,
Pero mi lucha preferida fue tirar el carro
de los vivos y las aureolas de los espíritus…
Por Jaime Serey
Soy Orwell, me muero con mucha diligencia,
Pero antes de todos estos episodios acaecidos
Conozco bien el mundo de los vagabundos
Y las tardes llenas de espanto de New York.
Yo, jugaba al trompo con mi vida y mi tuberculosis.
Con esta maldita enfermedad que me dejaba heridas mortales
Y profundas como cuando el frió congelaba el polo norte,
A jirones de misterios terrestres y ahogos extraterrenales.
Soy Orwell, me beneficio del profeta, del ser perfecto
Lucho por abrir los ojos y los corazones humanos
Para que sepan de las mentiras y de los farsantes,
Los impostores que se visten de Ángeles,
O los diablos que viven con las monedas de oro
Apretandolas entre sus dientes de duro marfil .
Yo, crei en los buenos dioses, en las ciudades y en las capitales
Crei en el mundo y en nuestro planeta natal,
En las antiguas leyendas y en las posteridades,
En los mensajes y en los secretos de la vida,
En los intelectuales que identificaban los sacrificios
De nuestra humanidad.
Bendito sean mis reptiles que tomaron el sol del verano
En mi vieja Europa, que es como un pozo de verdad añil y de un infinito independiente.
Aquí mis pedazos de huesos, de calaveras y de esqueletos
Se hundiran bajo toneladas de agua, de aire y de tierras históricas
Formando una catedral perfecta y equilibrada.
Mis medidas exactas fueron las montaña, el paso del tiempo
los extensos bosques y la lluvia,
Pero mi lucha preferida fue tirar el carro
de los vivos y las aureolas de los espíritus…

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