dimanche 19 août 2007

Aguacero de Palabras - Y




«En todo caso uno es un intruso en la nostalgia y en la melancolía
Cuando suele acercarse a veces a territorios patrios desconocidos.
Uno suele asistir a conciertos
De músicos latinos que han cruzado las fronteras
Gracias a sus talentos naturales…
Y allí uno no olvida aquella juventud que perdió
Construyendo una torre de babel
Y el sueño por un mundo superior.»



01
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Las guerras son períodos monótonos que solo los reencuentros podrán alegrar. La paz ha andado por los cuatro continentes con la evidente decisión de dejar en claro, que los hombres no deben olvidar la libertad… Quien desconoce la amistad muere de una laguna mental. El odio es un engendro que nos embiste con los viles propósitos directamente en el alma. El temor es una marejada de terror que nos alerta, pero la violencia es peor aún ella suele vestirse de juez, para separarnos de todo vestigio humano y filial. Es bien obvio que, los homos sapiens se han trasformados en guerreros, que no dejan dormir en alianza. Ellos nos han cubierto los ojos de llantos, de sangre y de miseria. Nuestras arterias se han hinchado con un dolor mortal y desventurado al mismo lapso faz a las efigies de nuestros progenitores. La muerte solo calcula a la muerte… En los cementerios abandonados, con sus flores mustiamente reales. Pero, acaso los vestigios de los caminos olvidan sus trayectos, el negro carbón olvida las minas subterráneas, las lluvias torrenciales olvidan el invierno, la musa olvida la campiña y el poeta olvida la precedente experiencia sexual. No, pues todo aquello es parte de nuestro tránsito terrestre.


Pero para ser explícito a los poetas les encantaría que los límites desaparecieran del mapamundi y que el universo tratara de aproximarse a pesar de las indiferencias y las dificultades de los idiomas.



02
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Nosotros los forasteros en que simetría podríamos vivir en una estado extraño donde un destino nos ha transportado por circunstancias imprevisibles. Rebuscamos sin poder hallar el rojo Copihue en los bosques de las regiones de la California, porque salir a otros paisajes es morirse de soledades. Un poeta brasileño busca la Zamba y su lengua portuguesa que perdió por las tierras Paulinas… Es complejo en todo caso cesar mis sueños de volar en un aeroplano porque la nave me podría llevar hasta mis familiares que me esperan en un aeropuerto lejano después de tantos anos de ausencia. Yo vivo tratando de juntar monedas y trabajando con el dolor de una hernia que lastima y exige una operación de urgencia, pero como me dijera Kafka: «Amigo Introdúzcanme todos estos papeles y todos mis problemas que he escrito al fuego de la serenidad…»


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