.Yo te leo desde aquí… de la ciudad de Mérida, tan pintoresca y colonial y tan lluviosa en la época de primavera. Te leo mientras las campanas de la catedral les avisan a los ciudadanos que llegaron las 12 del día. Estoy prisionero entre tus extensos escritos que tienen bastante de sangre y de tinta, pues las guerras se viven de una manera bestial e inconciente sin tomar en cuenta la integridad humana, la paz universal… ¿ Me pregunto ? Que diablos te ilumina para describir tantas barbaridades tantas atrocidades en 300 páginas llenas de horror. Mezclo el sonido de las campanas que escucho con los sonidos de los cañones que leo en tu texto y se me forma una materia Espesa de religiones, de capitalismo, de ateos pensamientos que luchan entre si por obtener una autonomía para gobernar el planeta.
Todos esos conceptos los habrá creado Caín después de haber eliminado a Abel, que mano pudo ser la causante, que pensamiento pudo ser forjador de todas estas violencias del infierno, que por vez primera azotaron las ciudades de los Cesares, El Cuzco, Itaca y Atenas. Sé escritora que lo tuyo nace de la verdad y de tus meollos, que tú no tienes la culpa por describirnos el testimonio del algo tan real como las invasiones, el genocidio o los holocaustos. Pero yo te culpo por mi persona por el mal de ojo que me entregas, por la alergia que me come la piel y la espalda, por estos gritos atajados en la garganta a punto de explotar en un llanto de amargura, de pena, de liberación.
Sabes que me dieron ganas de prenderle fuego a la Biblia, de pura impotencia e incluso a tus paginas también, tuve las negras intenciones de volverme rebelde sectario y menos ortodoxo de lo que era pero de que valía insertarme en la maquina de moler carne humana, que ya vivimos. En todo caso sigo pensando que Martín Lutero, tenia toda la razón cuando fue excomulgado de la iglesia, estos templos no nos han ayudado a prohibir o remediar la crueldad que azota al mundo. No te preocupes, no me voy ha prohibir seguir las líneas de tu obra por muy trágicas que estas sean y por todo el daño que me causen todas mis determinaciones están tiradas sobre la mesa. Como un buen lector, que soy tengo el deber de finalizar lo que se empieza. Hojeo : La explosión fue muy intensa, monstruosamente más atroz, peor que la acontecida en Nagasaki o Hiroshima. Habían sucumbido hasta los siete caballos de la Apocalipsis completamente despedazados, de sus jinetes solo quedarían las sombras de sus espuelas.
La ciudad de Nuevo México, bien parecida a la Babilonia, había temblado cayéndose a pedazos sobre la tierra baldía llena de espanto y muertos. Allí nadie sobrevivió el ángel y el demonio se habían destruido mutuamente. El inmenso hongo que se había elevado en el cielo había descargado la energía de 100 soles reunidos en uno solo, unas gigantescas porciones de Uranio, involuntariamente había cumplido la misión de hacernos desaparecer del orbe…
Ilustracion: Gilles Barbier - www.documentsdartistes.org/.../repro1-13.html.

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