
Tú me escribes desde tu exilio, con un cuidado natural y de diestro compatriota. Los instantes difíciles que viviste quedaron en tu memoria no podrás olvidarlo jamás. Así ha sucedido siempre con el hombre… Devoto protagonista de la historia o los combates honrados. Recuerdo a André Siniavki y a otros colegas, que murieron fuera de sus naciones. Enfrentados a cambios radicales de convivencias, paisajes, idiomas y el evoco. Cuyo centro talla en nuestra memoria días enteros de obscuras nostalgias. Recuerdo a Siniavki quien decía «para mi, la emigración es un lugar sobre la tierra donde se puede sin ocultarse escribir lo que se quiere.» Me dice que donde habitas ha bajado mucha nieve desde el cielo, tanta nieve que podrían atiborrarse miles de estadios de football de Sudamérica. Los 20 años en aquellas tierras lejanas no te han servido para acostumbrarte al clima polar. Pero tu eres el maestro de tu vida, de tu materia y tu inteligencia y todo ese clima que por mas inhóspito que sea no podrá vencerte. Acaso venció al poeta Rafael Alberti, en sus 39 años fuera de España. Los vocablos ayudan a interrumpir el sufrimiento de la distancia entre ser y otro ser.
Entre un continente y otros continentes… El pasaje hacia la victoria esta en las conciencias libres de espíritu, me dices tú con toda certeza después de tus evocaciones, de tus traumatismos, de aeropuertos, de calles llenas de sal, de luna helada de policías y de oficinas de expatriación. Yo te recuerdo como una persona originaria de la ciudad jardín, siempre perdido en una nube blanca del inverno pensando que nuestros indígenas nos faltan. Hoy, lejos de la patria, tu estas escribiendo quizás sea el pesar de la lejanía o los colores del copihúe, tan rojo como la sangre humana o el color del emblema de la revolución bolchevique. En estos momentos, me silba al oído un rió de satisfacción al leer tu carta optimista plena de proyectos por realizar.
La edad de las letras, las creaciones de las libertades nunca podrán tener cadenas, solo cadenas de tierra, de aire y de agua. Tú me escribes desde tu exilio y yo te respondo desde mi exilio. Tu, Ulises. Y yo, Ovidio.
Ilustracion: Constantin Ciosu - http://www.irancartoon.com/

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