dimanche 19 août 2007

Aguacero de Palabras - Ñ


Emilio Orlando SEREY GARDAIX, mi Padre (1917-2000)


Padre, hoy me has dicho que tu infancia se vuelve ceniza delante de ti, que recuerdas los días cuando alumbrabas el mundo con una sola bujía de 45 watts. La cocina, el comedor y las piezas. Ibas tu desconectándola de los enchufes de los continentes con cuidado, para que no se quemara en los regazo de la noche, pues no querías quedar a despensas del lobo, que se comió a la caperucita roja. La inocencia es un obsequio que nos regala la vida.

A ti, te dio huertos, que después fueron desapareciendo con los aguaceros del tiempo. Pero todo se te va por tu propia mirada, por tu propio pulso, por tu propia imaginación y si no pudiste detener nada, es porque nada será eterno en este coloquio con la vida. Hoy, como una miseria brilla tu infancia desde lejos, como algo que no fue ni aconteció o pudo ocurrir. Todo fue tan efímero, que apenas lograsteis a percibirlo. Fuiste tu quien corrió tras un balón de playa, tu quien jugo con las hojas de febrero, se deleito en un campo que desapareció tras la sombra de un sauce amarillento y destilando lágrimas otoñales. El niño que nos hizo jugar se fue tras la masturbación y los deseos carnales, que los hicieron cambiar de perspectivas y horizontes. Nos atrevemos ha llamarlo en nuestros momentos mas extremos, imperativos y caóticos de nuestro destino.

La infancia vuelve con la vejez, como queriendo penetrar en la matriz maternal nuevamente, para volver a procrearse de nuevo en el infinito de la vida terrenal. Pero la inocencia se nos queda en el corazón como un coagulo de pensamientos pasados, de movimientos y aspectos fantasmas que rondaran y rondaran sin detenerse a correr con nosotros. Te ves frente a un espejo como si estuvieras frente a un lejano horizonte donde hubo salas de clases, aulas, auditorios, patios, pizarrones y profesores enseñándote una historia nacional pasada de moda. No te queda nada del genio de la lámpara de Aladino, de los piecesitos de niños azulosos de frió, de vuelta al mundo en 80 días y las aventuras de Tintín de Hergé. Padre, después de más de 80 anos de vida que será de tu infancia, de todo tu mundo del ayer.

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