dimanche 19 août 2007

Cantos Genéticos



Y Pensar que nuestros dolores son gotas de sangre que circulan pausadas por nuestras venas, las más gruesas del corazón. Porque nosotros los que padecemos sabemos a donde se dirigen y hacia donde nos conducen. Los sufrimientos son públicos, mortales, recónditos y a veces perpetuos como a veces cuando son de espanto y nos llevan a las casas de los martirios donde lo único verdadero son nuestros suspiros y nuestros orígenes. Pero a veces los dolores también hacen una excepción y es cuando la muerte se nos aparece con todos sus males y su colores escarlatas. Es en aquel momento donde solemos aprender un poco más sobre los enigmas de nuestros adioses.

Entonces: ¿A quien le podríamos deber nuestra vida?

Suponemos que a las flores que por intermedio de la tierra han brotado para seducir a las estrellas y a los corazones sensibles. A nosotros que aun yacemos extraviados dentro de este astro que fue transformado en un mercado y que estoicamente continuamos llamando planeta pero que por intermedio de nuestras flores bellas quizás esta difícil vida de supo buscar un espacio preponderante, una especie de pulmón donde pudieron respirar los amantes de la poesía…

También a las compañeras que nos quieren por eso que duermen a nuestro costado, gritando nuestro nombre hasta quedar extenuadas… Ellas gritan y gritan que somos deliciosos cuando les besamos el pubis. El tic-tac de sus corazones hace calmar nuestras iras y tranquilos nos vamos a nuestros lechos para reconciliar el sueño, el asalariado en sus brazos se estira y se encoge siempre buscando el calor de sus muslos y su sexo. Las compañeras duermen a nuestro costado para mirarnos a los ojos, a los labios, a las manos, a los pies y a la pureza con un natural aprendizaje. Ellas nos quieren, porque gustan de obsequiarnos sus senos y sentir la grata sensación a la altura se sus vientres. Ellas nos dan el éxtasis en generosos y largos minutos y nosotros también…Que podemos hacer si después de haber pasado de la alegría al gozo ellas nos dejan en el fondo de una meseta frente a un paisaje fecundo… solo tocarlas y tocarlas y besarlas y besarlas eternamente.

¿A quien le debemos todo el placer?

Nosotros creemos que a su amor prodigioso, a sus palabras de estimulo, a su boca, sus labios, su lengua a su manera de seducir, a su corazón sensible. Yo, creo que a sus formas también, que diáfanas como unos papeles de arroz tienen unas largas eternidades, para gozar y sentir de dos a tres estremecimientos.Una rima - imaginada e inédita - de Gustavo Adolfo Bécquer dice: "Yo arribo a la cúspide del amor por el único camino del amor de la mujer."

Cuando se nos agotan las fuerzas y estas fuerzas no pueden realizar nada. Las compañeras van y nos encierran en sus brazos para convertirnos en un solo y único suspirar. Los campos de la esperanza están en la mujer y en el sol, en el relámpago y en el átomo, formando una copa verde y una integra senda para los videntes y los ciegos. Con este orbe nos bastaría para dejar unas huellas para el futuro, dejaríamos el tesoro de nuestras piedras, la calentura del día, las largas sombras, la hierba y el ruido del viento.Dejaríamos los indicios de las estatuas Griegas que nos sirvieron a través de la vida como unos puntos de referencias para todas nuestras citas, dejaríamos vigente todo aquello que quedo abandonado y solitario en el olimpo y que será totalmente una eternidad. Podríamos dejar al mismo tiempo la música que es una música de campanas de lluvias que hicieron sus propios caminos en los techos de los galpones y los nenúfares, con sus pétalos de vírgenes definitivamente silenciosas. Con ello podríamos afirmarnos de la existencia y beber los vinos azucarados que penden de los parrones y las viñas con sabores y cúmulos de aire misteriosos. Así tendríamos a toda la ciencia con su eficacia.

La ciencia nos prepararía para la aventura de seguir las estaciones de los años. Nos abriría los pórticos y las llanuras de la tierra, nos uniría junto a sus semillas. Porque nuestra ciencia posee el movimiento de rotación y traslación y la inteligencia de un lobo.


Ilustracion: Jan Saudek - http://www.saudek.com

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