
Nunca vamos ha pretender ser unos intelectuales porque no tenemos las intenciones de entrar un pie en los jardines de la sabiduría, ni tampoco tenemos las inspiraciones o unos fines profesionales, porque solo comprendemos que nacemos con unos extraordinarios sentidos para sobrevivir y para reflexionar.Porque leímos escribimos y nos hacemos lectores para depositar todo nuestro fulgor nuestra inteligencia o toda la sabiduría, que nos prueba la luz del día.
A veces en unos segundos podemos leer una oda y saber lo que nos quiere expresar por ejemplo su contraseña, su dínamo, su grito.Porque leemos y escribimos podemos enaltecernos y alzarnos por la verdad, los errores, las nubes y nuestros sueños. Captar la evidencia y el esplendor es llegar a una metáfora y a una máxima expresión. Podemos ser un individuo feliz y triste por naturaleza, como un socavón, una maleza o una silaba redonda que puede rodar hasta alcanzar la vida. Podemos amarrar el mundo que anda suelto, para que no se venda en el paraíso o en el infierno como un carrete de hilo.Todo individuo de una manera u otra intenta buscar su destino. Desear amar al prójimo no es un pecado. Creer en la palabra tampoco. Pero la palabra que no nos dice la verdad no sirve para nada porque no es una palabra que pueda herir o matar a los cobardes y a los traidores. A puro coraje como aquellos alpinistas que arriesgan sus propias vidas subiendo las escarpadas paredes de una montaña vamos los poetas trepando una calle y otra calle hasta poder formar un paseo que sigue a otra ciudad, a otra y a otra hasta percibir una capital.Pero es una difícil tarea poder controlar la barbarie… Vamos naciendo para la luz para después morirnos en la oscuridad…
¿Es que podríamos unir los planetas y los luceros o las huertas que no se conocen entre los ruidos de las chicharras y los recuerdos de las estaciones?
¿Es que podríamos unir los planetas y los luceros o las huertas que no se conocen entre los ruidos de las chicharras y los recuerdos de las estaciones?
Si alguien nos ofreciera una manzana llena de sol, de agua y de aire. En este caso podríamos unirnos ha observar la bóveda celeste o un cometa en las autopistas del universo, que como una serpiente, se conoce los motores de las estaciones. Yo digo, podríamos unirnos a las luminarias cuando se reúnen en un ascensor que sube y baja así podríamos todos irnos ha vivir a la playa. Porque si nacemos pobres y desamparados es porque los que nos explotan son nuestros peores enemigos.
Ellos nos atacan, nos hieren y nos persiguen por los cuatro continentes.Ellos son nuestros verdugos como nuestra hambre es el dolor y la desesperación que siempre queremos destruir. Vivimos aplastados como los insectos que solo por unos instantes suelen jugar bajos las patas de los caballos y sorpresivamente dejan de volar bajo sus herraduras. El sol y el cielo se nos reúnen siempre a nuestros pies con unos rocíos y unas peleas de gallos, dos caminos que siempre se juntan, dos callejones que siempre se juntan, un claro verde que es una rana o unas luces verdes que son unos árboles, que marchan en hileras como los Álamos al compás del viento.
Esto es Lo único que nos queda para disfrutar con ahínco de la humanidad.
Ellos nos atacan, nos hieren y nos persiguen por los cuatro continentes.Ellos son nuestros verdugos como nuestra hambre es el dolor y la desesperación que siempre queremos destruir. Vivimos aplastados como los insectos que solo por unos instantes suelen jugar bajos las patas de los caballos y sorpresivamente dejan de volar bajo sus herraduras. El sol y el cielo se nos reúnen siempre a nuestros pies con unos rocíos y unas peleas de gallos, dos caminos que siempre se juntan, dos callejones que siempre se juntan, un claro verde que es una rana o unas luces verdes que son unos árboles, que marchan en hileras como los Álamos al compás del viento.
Esto es Lo único que nos queda para disfrutar con ahínco de la humanidad.
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Ilustración : Siegfried Woldhek - http://www.woldhek.nl/

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